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La mullita está presente en forma de agujas en la porcelana, se utiliza en productos con alto contenido en mullita es en ladrillos de control de estufas de chorro caliente, procesos de fusión y cocción, y se utiliza como material refractario, fabricación de un tipo de crisol, industria siderúrgica, sustratos electrónicos y revestimientos protectores. La mullita artificial, o mullita sintética, un material cerámico fabricado mediante una fusión prolongada en horno eléctrico de una mezcla de arena silícea o arcilla diasfórica y bauxita, tiene la composición 3Al2O3-2SiO2, su punto de fusión es de 1810 C, y se ablanda a 1650 C. La mullita se encuentra en casi todos los productos cerámicos que contienen alúmina y sílice pero, a excepción de los refractarios, rara vez se introduce como tal, excepto como cianita calcinada. Los ladrillos son resistentes a la llama y a las cenizas fundidas, y tienen un coeficiente de dilatación térmica bajo y uniforme y una conductividad térmica sólo ligeramente superior a la de las arcillas refractarias. Normalmente, la mullita tiene cristales muy finos que cambian de forma y se agrandan tras un calentamiento prolongado, lo que hace que el producto sea poroso y permeable. Para obtener refractarios estables a altas temperaturas, la mullita se prefunde para producir cristales más grandes. A temperaturas muy elevadas, la mullita tiende a descomponerse para formar corindón y minerales de silicato alcalino de menor resistencia al calor. La mullita también se utiliza para fabricar bujías, crisoles químicos y matrices de extrusión, y una mullita espumada se emplea como estructura alveolar uniformemente reticulada para piezas estructurales ligeras y resistentes al calor.